jueves, 5 de septiembre de 2013

El muló, la leyenda





"La lengua romaní (o caló) llama muló, participio pasado del verbo merau (morir), al cadáver de raza calé que abandona su tumba por la noche y regresa a ella con el primer canto del gallo."


En España, dentro de la mitología del pueblo gitano, existe, pues, un ser de características vampíricas: el muló (palabra que significa, literalmente, muerto).

Los mulé (en singular muló) son unas criaturas que tienen su origen en el nacimiento de un niño muerto o fallecido durante el parto, o en los hombres fallecidos de muerte violenta. Su cuerpo no tiene huesos, por lo que es dúctil y puede adoptar cualquier forma, incluso la de un animal o un vegetal. Sale vestido de blanco desde la puesta de sol hasta el amanecer y, también, durante el tiempo "muerto" que duran las doce campanadas del mediodía "que divide el sol de levante y el de poniente", siendo inoperantes el resto del día.

Estas malévolas criaturas se dedican a atacar a las mujeres y los niños, a los que hierven y deshuesan, por lo que no entran dentro de la clásica definición de vampiros chupadores de sangre, aunque comparten muchas de sus características.

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